Navidad en Andorra, cómo disfrutar del Principado en familia
La temporada de esquí en el Pirineo comienza cada año durante el mes de diciembre, incluso puede que unas semanas antes en función de las condiciones meteorológicas.
Grandvalira, la más grande del Pirineo, lo hará unos días más tarde, el 3 de noviembre. No cabe duda de que buena parte del éxito turístico en el Principado se debe a su vínculo con los deportes de invierno y las ofertas de esquí en Andorra, pero sus atractivos van más allá de esta actividad. Te mostramos otras muchas opciones para disfrutar de este pequeño país durante el invierno y en familia.
¿Qué hacer si viajas con niños?
La Navidad es uno de los momentos más especiales del año en Andorra. Este país se vuelca cada año en estas fechas con actividades dirigidas a todas las edades, pero especialmente pensadas muchas de ellas para los más pequeños de la casa.
El Poblet de Nadal, que se monta cada año en Andorra la Vella, atrae las miradas de cientos de visitantes. La aldea está compuesta por decenas de puestos en un mercado navideño al aire libre donde se pueden hacer compras, encontrar productos locales, disfrutar de actuaciones musicales al aire libre y dejarse cautivar por el espectáculo de luces que preparan cada noche.
Otro espacio muy icónico en la ciudad es el Parque de Navidad, donde se sitúa el gigante árbol navideño, la noria panorámica y el trenecito. Junto con este emplazamiento también destaca la Oficina Mágica de Correos, el lugar donde todos los niños pueden entregar su carta a Papá Noel y los Reyes Magos de la mano de los Menairons, unos seres de la mitología catalana encargados de este cometido.
Finalmente, en la Plaça del Poble, durante los días previos a las fiestas, se da cita el Tió de Navidad, al que los más pequeños dan galletas y pan para “cagar” muchos regalos antes de la llegada de Nochebuena.
La Avenida de Meritxell, el gran núcleo comercial del Principado
Aunque no es un mercado, cada Navidad se transforma en eso. La Avenida Meritxell es un gran lineal con kilómetros de distancia que atraviesa toda Andorra la Vella y que es el principal núcleo comercial en todo el país.
Posiblemente sea el emplazamiento más visitado en toda Andorra, por delante incluso de las estaciones de esquí. Cuando llega la Navidad, la avenida se transforma en un mercado navideño con iluminación típica y la presencia de personajes animados como Mickey, Minnie o los protagonistas de Frozen.
La curiosidad de Meritxell es que deja atrás Andorra la Vella para adentrarse en Escalde-Engordany, la segunda población en importancia después de la capital. En este tramo de avenida aparecen dos grandes árboles de Navidad, el situado en la Plaza Coprínceps y del centro comercial Illa Germany. Este último hace las delicias de los más pequeños de la casa por su decoración.
Los trineos en el Principado
Andorra en navidad es principalmente esquí y compras, aderezado todo ello con diversión en familia, buena gastronomía y el disfrute de paisajes de belleza fascinante. No obstante, si no eres muy ducho aún para deslizarte por la nieve, hay otras propuestas igualmente interesantes que saciarán tus deseos de invierno.
Una de ellas es subirte a un trineo de perros. En Pal-Arinsal, y también en Pas de la Casa, hay circuitos diseñados para practicar esta actividad. La sensación de libertad que se siente al ser desplazado por un grupo de perros expertos en moverse por la nieve es única.
Es una forma de reconectar con la naturaleza y entender las duras condiciones del invierno andorrano. Este deporte se conoce como “mushing” y demuestra la debilidad que puede presentar el ser humano ante ambientes extremos, así como la necesidad de encontrar apoyo en su amigo más fiel, el perro.
La ruta por las iglesias románicas
Hasta ahora todo lo citado es diversión, deporte, compras y entretenimiento. Pero nada de cultura. Por eso queremos terminar estas propuestas con una que sorprende a muchos visitantes, el legado arquitectónico y artístico del Principado con sus monumentos románicos.
En Andorra se localizan más de 50 edificaciones románicas que han permanecido prácticamente intactas durante siglos. El motivo de este milagro es el propio aislamiento del país y la ausencia de conflictos bélicos.
La peculiaridad del románico de los Pirineos, que está hermanado con el lombardo, son los largos campanarios y los pequeños vanos que apenas dejan penetrar la luz y que conforman templos oscuros edificados con muros oscuros, sencillos pero muy resistentes.
En el territorio del Principado destacan nombres como Sant Joan de Caselles, Sant Vicenç de Encinar o Sant Miguel d’Engolasters. Aunque sin duda, si algún templo merece una visita en los fríos días de invierno, ese es Santa Coloma, levantada entre los siglos VIII y IX y que ni tan siquiera es románica, sino prerrománica. Fuente:Porconocer