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Carcassonne, la ciudad medieval del Sur de Francia

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En el Sur de Francia se encuentra la población de Carcassonne, una villa medieval que tiene mucha historia y que permite disfrutar de un viaje en el tiempo.

En el Sur de Francia encontramos una ciudad medieval que es una de las más conocidas y visitadas del país. Carcassonne es una pequeña población que cuenta con una ciudadela, auténtico motor del turismo de la ciudad y que atesora lugares que vale la pena conocer y descubrir para sentirse parte de la historia de la misma. Vamos a hacer un repaso a lo que hay que ver en Carcassonne y que no se ha de olvidar en la visita a la ciudadela.

Un poco de historia

Carcassonne ocupa el lugar donde se encuentra hace mucho tiempo. Ya hay indicios de una población en el siglo VI a.C., que ha ido creciendo hasta convertirse en la ciudad que es hoy. La ciudadela tuvo su momento de esplendor durante las guerras contra los cátaros, en el siglo XIII. En ese momento, cayó bajo control de la realeza francesa en 1247. Hay mucho que contar sobre la ciudad, pero lo mejor para descubrirlo es acercarse hasta esta ciudad francesa y recorrer sus calles.

La ciudadela de Carcassonne

La ciudadela está habitada por unas 50 personas en la actualidad. Se puede acceder a ella de manera libre y cuenta con dos accesos. La más utilizada es la puerta de Narbona. En esta zona se encuentran los principales aparcamientos para coches y autobuses. Desde ella se accede a la muralla exterior y desde ella, a las calles de la misma.

Las murallas exteriores protegían la ciudadela de los ataques y cuenta con 14 torres de forma circular. Estas carecen de techo, ya que están preparadas para ser atacadas desde la fortaleza interior si estas caen en poder de los enemigos. Entre las murallas exteriores y las interiores hay un espacio que servía como medida defensiva. En ese lugar se levantaban las viviendas de los habitantes de la ciudad menos favorecidos, pero estas fueron eliminadas hace varios cientos de años.

Las murallas interiores tienen 38 torres defensivas. Estas tienen forma de herradura y ofrecían una importante barrera frente a los que intentaban invadir la fortaleza. En total hay 3 kilómetros de murallas, entre las exteriores y las interiores. Otro de los lugares indispensables para visitar es el castillo de Carcassonne.

La entrada al castillo se ha comprar y es mejor reservar con tiempo para evitar que se agoten cuando vayamos a visitar la ciudad. Hay seis salas abiertas al público y se pueden admirar cosas como una maqueta de la ciudadela, el retablo de la Pasión, la sala de los arcos y muchos elementos arquitectónicos y artísticos del siglo XIII.

El castillo y el paseo de ronda se complementan con otros puntos de interés. Entre las dos murallas se celebran espectáculos medievales, con la escenificación de justas medievales. Además, en la entrada a la ciudadela hay un interesante cementerio que alberga tumbas muy curiosas y donde los aficionados a la fotografía se detienen un buen rato para sacar imágenes de ellas.

Carcassonne es una de las poblaciones del Sur de Francia más visitada y un buen destino para visitar en una breve escapada en el país vecino. Se puede hacer en un fin de semana y nos llevaremos unos recuerdos imborrables de uno de los puntos históricos más importantes de Francia. Fuente: porconocer.com