León es una ciudad bastante desconocida como destino turístico, aunque tiene muchas cosas para descubrir. Los peregrinos que realizan el Camino de Santiago en su variante del Camino Francés pasan por ella y pueden descubrir muchos de sus secretos. La ciudad de Castilla y León es una de esos destinos que no suelen estar en las principales listas de lugares a visitar, pero enamora a quien lo hace. Veamos alguno de los secretos que esconde y que descubren los que la visitan.

Entrada desde el Este

Los peregrinos del Camino de Santiago llegan desde el Este y entraban en la ciudad a través de la Puerta de Monedas. Este acceos daba paso a una zona en la que los cambistas de monedas ejercían su oficio y permitían que los recién llegados pudieran cambiar su dinero por la moneda utilizada en la ciudad. Un requisito indispensable para poder disfrutar de las bondades de la gastronomía local, que ya entonces era conocida y apreciada.

Para acceder a León tenían que cruzar el Puente Castro, el mismo que hoy permite superar el río Torío. Este puente está a la sombra del antiguo Castro de los Judíos y permite alcanzar la iglesia de Santa Ana. En esta, se pueden ver nueve cruces en el interior y dos en la fachada, un detalle que no pasa desapercibido al peregrino. Los murales del interior datan del año 1557, así que hay dedicarles un tiempo para admirarlos.

Palacios con historia

En el centro de la ciudad se encuentra el Palacio de los Guzmanes, que hoy ocupa la Diputación Provincial. Este edificio es de origen renacentista y tiene en su patio las armas de los Guzmanes, un caldero lleno de serpientes, en un lugar preferente. En la entrada se puede ver a San Agustín lavando los pies a Cristo peregrino. Junto al palacio de la Diputación está el Palacio de Botines, que fue diseñado por Antoni Gaudí.

Otro de los puntos determinantes para conocer en León es la Pulchra Leonina, la catedral de León. Esta se construyó sobre un edificio anterior y ese, sobre unas primitivas termas romanas. Su fachada muestra escenas de la Biblia y representaciones del Cielo y el Infierno. Las enormes cristaleras que cierran las ventanas ofrecen una imagen impactante cuando la luz del sol entra por ellas.

Otro de los lugares de interés es la Basílica de San Isidoro. Fue edificada con estilo románico bajo las órdenes del rey leonés Fernando I en 1506 sobre los restos de un monasterio arrasado por Almanzor. En ella se guardaron las reliquias de San Isodoro y el Tesoro Real. La portada del Cordero muestra una representación del sacrificio de Isaac y sobre esta, los doce signos del zodiaco.

El Parador Nacional de San Marcos también es un lugar a descubrir. El edificio es de estilo Plateresco y fue sede de los monjes guerreros de la Orden Militar de Santiago, que protegía el Camino. En la iglesia anexa se pueden muchos motivos del mismo, como las conchas, el emblema de la Orden de Santiago, que es una espada en forma de cruz y tres bastones con calabaza, uno de los símbolos del peregrino más conocidos.

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