El otoño es una de las estaciones más encantadoras para visitar Portugal. Con temperaturas más suaves, menos turistas y paisajes bañados por los tonos dorados de la temporada, el país ofrece una serie de experiencias que permiten disfrutar de su diversidad cultural y natural. Desde ciudades vibrantes y festivales tradicionales hasta rutas vinícolas y caminatas por paisajes rurales.

Uno de los principales atractivos de Portugal durante el otoño es la vendimia en el Valle del Duero, una de las regiones vinícolas más antiguas del mundo y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Durante esta temporada, los viñedos cobran vida con la recolección de uvas y ofrecen paisajes espectaculares con las hojas de las vides adquiriendo tonos rojizos y dorados.

Sintra, situada a pocos kilómetros de Lisboa, es una ciudad que parece sacada de un cuento de hadas, con palacios, castillos y jardines exuberantes. En otoño, sus bosques y parques se transforman con los colores de la estación, ofreciendo una atmósfera mágica que es difícil de igualar en otras épocas del año. El Palacio Nacional de Pena, con su arquitectura colorida y su ubicación en lo alto de una colina, es un lugar imperdible. El Castillo de los Moros y la Quinta da Regaleira, con su jardín místico y su famosa escalera en espiral, también son paradas obligatorias para los amantes de la historia y la naturaleza.

Para los amantes de la naturaleza y el senderismo, el otoño es la mejor época para explorar la Serra da Estrela, la cordillera más alta de Portugal continental. Las temperaturas son más frescas, lo que hace que caminar por los senderos sea mucho más cómodo. Los paisajes montañosos, cubiertos de bosques y pastizales, adquieren un colorido otoñal espectacular. La Ruta de las Aldeas Históricas es particularmente recomendable en esta época del año.

Lisboa es siempre un destino fascinante, pero en otoño la ciudad adquiere un aire especial. Las temperaturas suaves permiten disfrutar plenamente de sus calles empedradas, plazas históricas y famosos miradores sin la multitud de turistas del verano. Los miradores, como el Mirador de Santa Catarina, el Mirador da Senhora do Monte y el Mirador de São Pedro de Alcântara, ofrecen vistas panorámicas de la ciudad y el río Tajo que son especialmente hermosas durante el atardecer.

La Isla de Madeira es otro de los destinos que brillan durante el otoño. Conocida como la «isla de la eterna primavera», Madeira ofrece un clima templado durante todo el año, y el otoño no es una excepción. La exuberante vegetación de la isla y sus impresionantes acantilados brindan un espectáculo visual único. Fuente: porconocer