El otoño en Europa trae consigo algo más que hermosos paisajes dorados y temperaturas más frescas. Entre noviembre y diciembre, el continente se llena de festivales únicos que celebran la cultura, la gastronomía, las tradiciones locales y el espíritu festivo que comienza a apoderarse de las ciudades europeas. Desde mercados navideños hasta celebraciones más específicas, estos festivales ofrecen una razón perfecta para viajar en esta época del año, cuando el turismo es más relajado y los eventos muestran lo mejor de cada región.

El Día de San Andrés es la celebración del patrón de Escocia y tiene lugar cada 30 de noviembre. Este día marca el comienzo de la temporada festiva en Escocia, y las celebraciones incluyen música en vivo, danza ceilidh, comida tradicional y desfiles. Ciudades como Edimburgo y St. Andrews, que lleva el nombre del santo, son puntos clave para experimentar la esencia de esta festividad.

La celebración de San Nicolás o Sinterklaas es una tradición profundamente arraigada en los Países Bajos y se lleva a cabo el 5 de diciembre. Este festival marca la llegada de Sinterklaas, quien trae regalos y dulces para los niños. Las festividades comienzan en noviembre con su llegada simbólica en barco desde España, y las ciudades holandesas organizan desfiles para recibirlo. Las celebraciones incluyen música en vivo, desfiles y mercados locales llenos de productos tradicionales como el speculaas (galletas de especias) y el pepernoten (dulces de jengibre).

En la región de Piamonte, el pequeño pueblo de Alba celebra el famoso Festival de la Trufa Blanca durante todo el mes de noviembre. Este evento atrae a amantes de la gastronomía de todo el mundo, ya que la trufa blanca es uno de los ingredientes más codiciados y caros. El festival cuenta con mercados, exhibiciones culinarias y degustaciones donde los chefs muestran sus habilidades con este preciado manjar.

La Feria del Ganso de Navidad en Szeged, Hungría, es una celebración única que se centra en el ganso, un plato tradicional de la cocina húngara. Durante el festival, que tiene lugar en noviembre, las plazas de Szeged se llenan de puestos de comida que ofrecen una variedad de platos a base de ganso, así como otros productos locales. Este evento gastronómico está acompañado de conciertos, espectáculos folclóricos y un mercado de artesanía. Además, la feria tiene un fuerte componente cultural, con la presentación de danzas tradicionales y música típica húngara. Si quieres experimentar una tradición diferente en otoño, Szeged es un destino poco convencional pero muy acogedor. Fuente: porconocer